martes, 18 de diciembre de 2018

LA SEÑAL CLAVE


Daniel capítulo 2

2:1 En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, tuvo Nabucodonosor sueños, y se perturbó su espíritu, y se le fue el sueño.
2:2 Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que le explicasen sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante del rey.
2:3 Y el rey les dijo: He tenido un sueño, y mi espíritu se ha turbado por saber el sueño.
2:4 Entonces hablaron los caldeos al rey en lengua aramea: Rey, para siempre vive; di el sueño a tus siervos, y te mostraremos la interpretación.
2:5 Respondió el rey y dijo a los caldeos: El asunto lo olvidé; si no me mostráis el sueño y su interpretación, seréis hechos pedazos, y vuestras casas serán convertidas en muladares.

2:16 Y Daniel entró y pidió al rey que le diese tiempo, y que él mostraría la interpretación al rey.
2:17 Luego se fue Daniel a su casa e hizo saber lo que había a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros,
2:18 para que pidiesen misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, a fin de que Daniel y sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia. 
2:19 Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche, por lo cual bendijo Daniel al Dios del cielo.

El sueño del rey Nabucodonosor

2:31 Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible.
2:32 La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce;
2:33 sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. 
2:34 Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.
2:35 Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Más la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra. 
2:36 Este es el sueño; también la interpretación de él diremos en presencia del rey.

La interpretación del sueño

2:37 Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. 
2:38 Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro.

2:39 Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra.
2:40 Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo.


2:41 Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido.
2:42 Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil.
2:43 Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro.

2:44 Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre,

2:45 de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación. 


Comentarios

2:37-38 Tú eres aquella cabeza de oro. Nabucodonosor era la cabeza de oro, que representaba el imperio neo-babilónico ( 605-539). Después de su muerte, pronto el imperio comenzó a desintegrarse.

2:39 Reino inferior al tuyo. Al reino de Nabucodonosor lo seguiría un reino inferior, representado por el pecho y los brazos de plata (v.32); este reino sería el imperio medo-persa establecido por Ciro. (539 a.C). Un tercer reino, simbolizado por el vientre y  los muslos de bronce, representaba al imperio griego establecido por Alejandro Magno (330 a. C.)

2:40 El cuarto reino será fuerte como hierro. El reino de hierro (v.33) representa al imperio romano, que comenzó alrededor de 67 a.C y sometió al mundo hasta un punto que no lo había hecho ningún imperio anteriormente.

2:41-43 Hierro, y…barro… en parte fuerte, y en parte frágil. Es probable que los pies de hierro y barro representen a los estados nacionalistas que han existido en la región del imperio romano desde que cayó ese imperio. Algunos de ellos han sido fuertes y han durado mucho tiempo; otros son frágiles, dividiéndose repetidas veces.

2:44 Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido. Cuando estos diez gobernantes surjan en el escenario mundial entonces vendrá el Señor Jesucristo en esa generación. Esta sería la señal clave. 

2:45 de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra... La piedra, por supuesto, es Jesucristo.


miércoles, 26 de septiembre de 2018

LA ARMADURA DE DIOS


Efesios 6:10-20
10- Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.

11- Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
 
12- Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

13- Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
 
14- Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
15- y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
16- Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
17- Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
18- orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;

19- y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, 
20- por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar. 


10- “sed fortalecidos en el Señor, y en el poder de su fuerza”
La Biblia nos enseña claramente que la vida cristiana no es solo un caminar, sino también una guerra.
Muchos creyentes no se dan cuenta de esto. Piensan que la vida cristiana significa escapar de las dificultades, tentaciones y mortificaciones y esperan vivir la vida con escasamente algún problema.
Pero la realidad, es que somos extranjeros y peregrinos en esta tierra (I Pedro 2:11), vivimos en un mundo gobernado por Satanás y continuamente debemos enfrentar la oposición y las dificultades.
Debemos ser continuamente fortalecidos “En el Señor y en el poder de su fuerza”
No podemos ganar la batalla a menos que permitamos a Cristo librar la batalla por nosotros por medio del poder de Su Espíritu Santo que nos habita.

11- “Armadura de Dios”
Los creyentes están en conflicto espiritual contra el mal.
1-Jesucristo, mediante su muerte en la cruz, aseguró la victoria del creyente. Libró un batalla triunfante contra Satanás, desarmó a los principados y a las potestades del mal , llevó consigo a los cautivos y redimió al creyente del poder de Satanás.
2-Los soldados cristianos deben luchar contra todo mal, no con su propio poder (2Co 10:3), sino con las armas espirituales,(vers.10-18, 2Co.10:4-5)
3- En su lucha de fe se les llama a los creyentes a que soporten los sufrimientos como buenos soldados de Jesucristo, (2Ti 2:3), sufran por el evangelio, peleen la buena batalla de la fe (1Ti 6:12, 2Ti 4:17)

El apóstol Pablo usa la analogía de la armadura de un soldado romano para describir las diversas formas de protección que el Señor nos ha dado contra las fuerzas espirituales de la maldad.

La armadura de protección incluye el cinturón de la verdad, la coraza de justicia, los zapatos que son las buenas o evangelio de paz, el escudo de la fe, el casco de la salvación y la espada del Espíritu Santo, que es la Biblia la Palabra de Dios. Nuestra fuerza debe venir del poder extraordinario, dentro de nosotros. Debemos confiar en que el Señor nos dará el poder del Espíritu Santo para resistir al enemigo. 

Siempre debemos recordar esto: es imposible luchar contra los poderes espirituales tan sólo con nuestra fuerza humana; la batalla es de Dios. Si tratamos de hacerlo con nuestra propia fuerza seguramente fracasaremos.

Examinemos con más detalle las diversas partes de la armadura:

“Fuerte cinturón de la verdad” significa que debemos envolvernos en la verdad, habitar en Jesucristo y crecer en el conocimiento y la comprensión de la Biblia y en cómo se relaciona con nuestra vida.

“El ponernos la coraza de la justicia” nos ayuda a estar conscientes que ya tenemos la victoria sobre Satanás y nos identifica con la justicia de Cristo, por lo tanto somos justos.

Calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz para hablar a los no-cristianos sobre Jesucristo y de cómo pueden tener una relación personal con Él. Basándonos en la autoridad de la Palabra de Dios, puede decirles que Cristo tiene la victoria sobre nuestros problemas, preocupaciones y sufrimientos.

El “escudo de la fe” descrito por Pablo, es una de las piezas de nuestra armadura más eficiente. Tal y como el escudo protegía al soldado romano de los ataques de sus enemigos, nuestra fe nos protege de los ataques de Satanás.

Yelmo de la salvación. Después está el casco del soldado romano. Esta era una pieza de la armadura dura, sólida e impenetrable, que no podía ser destruida.  Así que, cuando Pablo habla del casco de la salvación se refiere al conocimiento y hechos acerca de la verdad de Jesucristo.
Teniendo esta protección en nuestra cabeza, nuestros pensamientos están protegidos de la duda. El estar seguros de nuestra genuina relación con Dios es nuestra mayor protección. La salvación del cristiano es segura y eterna. Romanos 8:1

La “espada del Espíritu, la Palabra de Dios” es un arma defensiva que lleva el soldado cristiano. Se utiliza como protección contra  las fuerzas del mal.
El Señor Jesús rechazó las tentaciones del diablo citando la Palabra de Dios (Vete, Satanás, porque escrito está: Mateo 4:4-10), siendo un ejemplo para nosotros los cristianos.

Para "permanecer en su palabra" debemos leer, estudiar, memorizar y obedecer la Palabra de Cristo. Y haciendo esto seremos verdaderamente sus discípulos y conoceremos la verdad, y la verdad nos hará libres. (Juan 8:31-32)

La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales (Colosenses 3:16)

EL ENEMIGO INVISIBLE

6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne. No estamos luchando contra seres humanos. Estamos en una guerra contra aquellas fuerzas que transforman a la gente en víctimas y la destruyen. Nuestro enemigo no es otra persona. Si fracasamos en la vida cristiana, no será por el ataque de un individuo o un grupo. Fracasamos porque nuestra propia fortaleza interior ha sido quebrada por el poder del mal.

6:12 Huestes espirituales de maldad. Los creyentes se enfrentan a un conflicto espiritual con Satanás y un ejército de espíritus malos.
1- Esos poderes de las tinieblas son las fuerzas espirituales de maldad (Juan 12:3, 14:30; 16:11; 2Co 4:4; I Juan 5:19) que estimulan a los impíos (Ef 2:2) se oponen a la voluntad de Dios y con frecuencia atacan a los creyentes de esta época (I Pedro 5:8)
2-Constituyen una gran multitud (Ap. 12:4-7) y están organizados en un imperio de maldad sumamente sistemático que tiene jerarquía y orden (Ef. 2:2: Juan 14:30)

6:18 Orando… en el Espíritu. La batalla del creyente contra las fuerzas espirituales de Satanás exige la intensidad en la oración, es decir, orar “en el Espíritu”, “en todo tiempo”, “con toda oración y súplica”, “por todos los santos”, “con toda perseverancia”. No debe considerarse la oración simplemente como un arma más, sino como parte del conflicto mismo, en el que la victoria se gana para los creyentes en Cristo al trabajar juntos con Dios mismo.

Dejar de orar con diligencia, con toda oración en toda situación, es rendirse al enemigo (Lc 18:1; Ro 12:12 Fil 4:6; Col 4:2; ITs. 5:17)

En resumen vestirnos con la armadura de Dios significa que el cristiano vive en comunión permanente con Dios. Para ello debemos:

C  Conversar con Dios en oración diariamente (Juan 15:7)

R  Recurrir a la Biblia, estudiándola diariamente. (Hechos 17:11)

I  Insistir en confiar a Dios cada aspecto de nuestra vida (I Pedro 5:7)

S  Ser lleno del Espíritu de Cristo- (Gálatas 5:16-17, Hechos 1:8)

T  Testificar a otros de Cristo verbalmente y con nuestra vida. (Mateo 4:19, Juan 15:8)

O  Obedecer a Dios momento a momento. (Juan 14:21)

Al vestirnos con toda la armadura de Dios seremos protegidos del enemigo y seremos capaces de “regocijarnos en el Señor” sin importar las circunstancias porque sabemos que Dios tiene todo bajo su control. 

LA VIDA VICTORIOSA EN EL ESPÍRITU



Romanos 8:1-18
1-Así que a los que pertenecen a Jesucristo ya no les espera ninguna condenación,
2-porque el poder vivificador del Espíritu, poder que reciben a través de Jesucristo, los libera del círculo vicioso del pecado y de la muerte.

3-El conocer los mandamientos de Dios no nos arranca de las garras del pecado, porque no podemos guardar la ley ni la guardamos. Pero Dios, para salvarnos, puso en vigor un plan diferente. Envió a su propio Hijo con un cuerpo humano igual en todo al nuestro, salvo que no era pecador, y al entregarlo en sacrificio por nuestros pecados, destruyo el dominio del pecado sobre nosotros.

4- Por lo tanto, si nos dejamos conducir por el Espíritu Santo y negamos obediencia a la vieja naturaleza pecaminosa que está en nosotros, podemos obedecer la ley de Dios.
5- Los que se dejan dominar por la baja naturaleza, viven sólo para auto complacerse, pero los que viven de acuerdo con el Espíritu Santo se conducen como agrada a Dios.

6- El dejarse conducir por el Espíritu Santo produce vida y paz, pero el dejarse conducir por la vieja naturaleza produce muerte, 7-porque la vieja naturaleza pecaminosa que está en nosotros, siempre se rebela contra Dios.
Nunca ha obedecido la ley de Dios y nunca podrá obedecerla.

8- Por eso, los que continúan bajo el dominio de su antiguo yo pecador y se empeñan en continuar con sus perversidades, jamás podrán agradar a Dios.

9- Pero ustedes nos son así. Si el Espíritu de Dios mora en ustedes, están bajo el dominio de la nueva naturaleza.
(Y recuerden que no es cristiano quien en su interior no tenga el Espíritu de Cristo.)
10- Más aunque Cristo viva en ustedes, sus cuerpos están muertos a consecuencia del pecado; pero sus espíritus viven porque Cristo los ha perdonado.
11- Y si el Espíritu de Dios que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, Él hará que sus cuerpos mortales despierten a la vida después de la muerte por medio del mismo Espíritu Santo que vive en ustedes.

12- Así que, amados hermanos, ustedes no están obligados a hacer lo que la vieja naturaleza les dice.
13- Si lo siguen haciendo están perdidos y perecerán; pero si mediante el poder del Espíritu Santo destruyen la vieja naturaleza y sus obras, vivirán.

14- Porque los que se dejan conducir por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.

15- No debemos actuar como esclavos serviles y cobardes, sino como verdaderos hijos de Dios, como miembros adoptivos de su familia que pueden llamarlo: “Padre, Padre”.
16- Porque el Espíritu Santo nos habla a lo más profundo del alma y nos asegura que somos hijos de Dios.

17- Y como somos sus hijos, compartimos sus riquezas, pues todo lo que Dios le da a Jesucristo es ahora también nuestro.

Pero si compartimos su gloria, también hemos de compartir sus sufrimientos.
18- Sin embargo, lo que ahora sufrimos no tiene comparación con la gloria que nos dará después.
(Romanos 8:1-18, La Biblia al Día 1979)

Por la autoridad de este y otros pasajes similares de la Escritura el cristiano puede saber que no tiene que vivir un momento de derrota el resto de su vida. Dios significa para usted una vida de victoria, una vida de poder, amor y alegría. Usted puede vivir en la plenitud del Espíritu como estilo de vida si sólo conoce sus derechos como hijo de Dios y obedece el liderazgo del Espíritu Santo.

8:1 Para los que están en Cristo Jesús…Pablo acaba de mostrar que la vida sin la gracia de Dios es derrota, miseria y esclavitud al pecado. Ahora en el capítulo 8, Pablo dice que la vida espiritual, el estar libre de la condenación, la victoria sobre el pecado y la comunión con Dios vienen mediante la unión con Cristo por la presencia del Espíritu Santo. Al que recibe y sigue al Espíritu  se le libra del poder del pecado y se le conduce a la glorificación final.

8:2 La ley del Espíritu… Esta “ley del espíritu de vida” es el poder regulador y activador del Espíritu Santo que opera en el corazón del creyente. El Espíritu Santo entra en el pecador para vivir en él  y lo libra del poder del pecado. La ley del Espíritu va obrando en el recién convertido a medida que se compromete a obedecer al Espíritu Santo. Encuentra un nuevo poder que obra en él, un poder que le permite vencer al pecado.

8:4 La justicia de la ley se cumpliese en nosotros… La obra del Espíritu Santo dentro de los creyentes los capacita para llevar una vida de justicia, que se considera como el cumplimiento de la ley moral de Dios.

8: 5-14 Conforme a la carne… al Espíritu.
Pablo describe dos clases de personas; las que viven según la carne y las que viven según el Espíritu.
Vivir “conforme a la carne” es depender de nuestra vieja naturaleza pecaminosa para vivir la vida cristiana.
Vivir “conforme al Espíritu” es someterse a la dirección y capacitación del Espíritu Santo, y ocuparse en las cosas de Dios.
Es vivir en todo tiempo en la presencia de Dios, confiando en que Él nos dará la ayuda y la gracia necesarias para realizar su voluntad en y por medio de nosotros. Es imposible seguir la carne y al Espíritu al mismo tiempo.
A las personas para las cuales las cosas de Dios representan su principal amor e interés, les espera la vida eterna y la comunión con Dios.

8:9 Si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Desde el momento en que acepta a Jesucristo como Señor y Salvador, todo creyente tiene al Espíritu Santo viviendo en él. (Efesios 1:13-14, I Corintios 3:16; 6:19-20)

8:13 Hacéis morir las obras de la carne.
Pablo acentúa la necesidad de una lucha continua contra todo lo que pudiera limitar la obra de Dios en la vida del creyente, ya que el pecado está siempre esforzándose por volver a dominar a los que tuvo bajo su control.
Los creyentes deben decidir  constantemente si van a someterse a los deseos pecaminosos o a las exigencias de la naturaleza divina en la cual participan. (Gálatas 5:16,18).

8:14 Guiados por el Espíritu de Dios.
El Espíritu Santo vive en el hijo de Dios con el fin de guiarlo a pensar, hablar y actuar de acuerdo con la Palabra de Dios.
1) Él guía primordialmente mediante impulsos que (a) son estímulos internos a hacer la voluntad de Dios y a darle muerte a las obras de la carne. (b) están siempre en armonía con las Escrituras.
2) El impulso del Espíritu viene al (a) leer la Palabra de Dios, (b) orar con fervor, (c) escuchar la predicación y la enseñanza bíblica.

8:17 Si padecemos juntamente con Él.
Pablo les recuerda a  los creyentes que la vida victoriosa en el Espíritu no es un camino fácil. Jesús sufrió y sus seguidores también sufrirán. Se considera que ese sufrimiento es con Él y es la consecuencia de la relación de hijos con Dios, de la identificación con Cristo, del testimonio acerca de Él, y de la negación a adaptarse al mundo. (Romanos 12:1-2).

8:18 Las aflicciones del tiempo presente.
Todos los sufrimientos de este mundo –enfermedad, dolor, miseria, desilusión, pobreza, maltrato, tristeza, persecución y dificultades de toda clase- deben considerarse insignificante cuando se comparan con la bendición, los privilegios y la gloria que se le darán al creyente fiel en el mundo venidero. (2 Corintios 4:17). 


miércoles, 18 de julio de 2018

EL LLAMAMIENTO DE ABRAHAM


Pero Jehová había dicho a Abram:
Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.
Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré;
y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Gn 12:1-3

El llamamiento de Abram como se registra en Gen12, (más tarde Abraham, véase Gn 17:5) inicia un nuevo capítulo en la revelación del AT del propósito de Dios para redimir y salvar a la humanidad.

Dios se proponía tener a un hombre que le conociera y le sirviera con fe devota.
De ese hombre saldría una familia que conocería, enseñaría y guardaría los caminos del Señor.
De esa familia saldría una nación escogida, compuesta de personas que se separarían de los malos caminos de las demás naciones para hacer la voluntad de Dios.
De esa nación saldría Jesucristo, el Salvador del mundo, la prometida simiente de la mujer (véase Gen 3:15, Gá 3:8, 16,18).  Hay varios principios importantes que se pueden deducir del llamamiento de Abraham.

1-      El llamamiento de Abraham implicaba separarse de su tierra, de su parentela y de la casa de su padre a fin de ser extranjero y peregrino sobre la tierra (Hebreos 11:13). En Abraham, Dios estaba estableciendo el importante principio de que su pueblo debe separarse de todo lo que sea un estorbo a su propósito.

2-      Dios le prometió a Abraham una tierra, una gran nación por medio de sus descendientes, y una bendición que afectaría a todas las naciones de la tierra. El NT enseña claramente que la última parte de esa promesa se está cumpliendo en la proclamación misionera del evangelio de Cristo. (Hechos 3:25; Gá 3:8).

3-      El llamamiento de Abraham no sólo abarcaba una patria terrenal, sino también una celestial.
Su visión llegó a abarcar un hogar definitivo ya no en la tierra sino en el cielo, y una ciudad cuyo arquitecto y constructor era Dios mismo. De aquí en adelante Abraham deseó y buscó una patria celestial donde habitaría para siempre con su Dios en justicia, gozo y paz. (véase Heb 11:9,14-16)
Hasta entonces él sería extranjero y peregrino sobre la tierra.

4-      El llamamiento de Abraham no sólo incluía promesas sino también obligaciones.
Dios exigía tanto la obediencia de Abraham como la entrega personal a Él como Señor a fin de recibir lo que fue prometido. La obediencia y la entrega comprendían:
(a)    Confianza en la palabra de Dios, aun cuando la realización de las promesas pareciera humanamente imposible. (Gn 15:1-6; 18:10-14)
(b)    Obediencia a la orden de Dios de irse de su hogar. (Gn 12:4; 15:6 Heb 11:8)
(c)     Un sincero esfuerzo por llevar una vida recta. (Gn 17:1-2)

5-      La promesa y la bendición de Dios para Abraham se ofrecen no sólo a sus descendientes físicos (i.e.; judíos creyentes, sino también a todos los que en verdadera fe (Gn 12:3) aceptan y siguen a Jesucristo, la verdadera “simiente” de Abraham (Véase Gá 3:14,16). Todos los que tienen fe como la de Abraham son “hijos de Abraham (Gá 3:7) y son bendecidos con él (Gá 3:9). Se convierten en el linaje de Abraham, herederos según la promesa (Gá 3:29), que incluye recibir “por la fe…la promesa del Espíritu en Cristo Jesús. (Gá 3:14)

6-      Por cuanto Abraham tenía una fe en Dios que se expresa en obediencia, se le declara como magno ejemplo de la verdadera fe salvadora. (Gn 15:6; Ro 4:1-5,16-24; Gá 3:6-9; Heb 11:11-19; Stg 2:21-23).
Cualquier profesión de fe en Jesucristo como Salvador que no implique obediencia a Él como Señor, no es la clase de fe que Abraham tenía y en consecuencia no es verdadera fe salvadora.

Gálatas 3:6-16, 29
3:6 Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia.
3:7 Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.
3:8 Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones.
3:9 De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.
3:10 Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.
3:11 Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;
3:12 y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.
3:13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),
3:14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.
3:15 Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade.
3:16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo. 

3:29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.

Romanos 4:1-5, 16-24
 4:1 ¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne?
4:2 Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios.
4:3 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.
4:4 Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda;
4:5 más al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. 

4:16 Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.
4:17 (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.
4:18 El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia.
4:19 Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara.
4:20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,
4:21 plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido;
4:22 por lo cual también su fe le fue contada por justicia.
4:23 Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada,
4:24 sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, 
4:25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación. 

Hebreos 11:11-19
11:8 Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.
11:9 Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa;
11:10 porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
11:11 Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.
11:12 Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.
11:13 Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.
11:14 Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria;
11:15 pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver.
11:16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.
11:17 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito,
11:18 habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia;
11:19 pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir. 

  
Fuente: Biblia de Estudio de la Vida Plena.

martes, 8 de mayo de 2018

LOS ENTENDIDOS COMPRENDERÁN


Cuando Dios le reveló al profeta Daniel, (siglo VI a.C), lo que acontecerá con Israel en los últimos tiempos, él no entendió la visión. Veamos el contexto de Daniel, capítulo 12.

1-En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. 

2 Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.

3 Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.

4 Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.

5 Y yo Daniel miré, y he aquí otros dos que estaban en pie, el uno a este lado del río, y el otro al otro lado del río.
 6 Y dijo uno al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuándo será el fin de estas maravillas?

7 Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo.
Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas.

8 Y yo oí, mas no entendí. 
Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas? 9 El respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. 

10 Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.

10b-Sólo aquellos que están dispuestos a aprender sabrán lo que significa. (Biblia al Día)

Daniel no entendió la visión porque en la época que él vivió, siglo VI a C, todavía no había venido el Señor Jesucristo y tampoco se había escrito el NT.

Por consiguiente estas profecías solamente se entienden a la luz de los pasajes relacionados del Nuevo Testamento. Como está escrito en Hebreos 1:1-2
En el pasado Dios habló a nuestros padres muchas veces y de muchas maneras a través de los profetas (en visiones, sueños y aún cara a cara), y les fue revelado poco a poco sus planes.
Pero en estos últimos tiempos nos ha hablado a través de su Hijo,

Analizamos este punto más de cerca:

Daniel 12:1 “El tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces;”
Como la palabra “pueblo” se refiere a Israel, Daniel profetiza un tiempo de angustia para Israel en cumplimiento de Jeremías 30:7 (“tiempo de angustia para Jacob”), pero todavía el propósito de Dios es libertar a los del pueblo de Daniel cuyos nombres estén escritos “en el libro”.

El “tiempo de angustia” es el mismo período designado por el Señor Jesús como “la gran tribulación”, porque tiene las mismas características. Veamos:
Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Mateo 24:21.

Estos pasajes no solo se refieren al mismo tema sino que además son complementarios. Realizando una interpretación de texto podemos entender cómo, cuándo y cuánto dura la gran tribulación.
Características de la Gran Tribulación
Pasajes paralelos del Nuevo testamento
Mateo 24:15,21, II Tesalonicenses 2:1-11, Apocalipsis 6:17, Apocalipsis 13:5 (tres años y medio), Apocalipsis 16 (Las copas de ira), etc.

Daniel 12:2 Muchos…Serán Despertados. Este versículo contiene la más clara referencia del AT a la resurrección de los justos y de los impíos. Podemos entender mejor este tema con los pasajes del NT.

Vers.3- Los entendidos resplandecerán.
Los entendidos como se describe en el AT, son los piadosos. Demuestran su sabiduría no solo en su manera de vivir sino también en el efecto de la vida y del testimonio de ellos, porque guían a muchos a una recta manera de vivir.
Su resplandor significa que serán transformados y que la gloria de Dios se reflejará en ellos y por medio de ellos.

Vers.4- Sella el libro.
A Daniel se le dice que selle el libro. Las profecías no son tan sólo para su propia época, sino para el tiempo del fin, a fin de animar a los que vivirán al final de los tiempos.

Vers.4- Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.”
Muchos estudiarán de tapa a tapa y volverán a repasar este libro de Daniel, y el conocimiento del mismo irá en aumento según nos vayamos acercando al fin cuando se aclararán muchos detalles que aún continúan oscuros.
La versión Nueva Biblia Española dice así: “Muchos lo repasarán (el libro), y aumentarán su saber.

Vers.7- “será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo.
Esta cifra corresponde a tres años y medio, es el tiempo que dura la gran tribulación
Versión Biblia al Día está más clara: Él contestó con ambas manos alzadas hasta el cielo, haciendo un juramento por Aquel que vive para siempre jamás, que no concluirá hasta tres años y medio después que el poder del pueblo de Dios haya sido aplastado. Daniel 12:7

Será el período previo a la Segunda Venida de Cristo.
En forma gráfica tenemos:

I__________EL ANTICRISTO_________I__LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO______I
3 años y medio  I 3 años y medio
                              La Gran Tribulación

¿Qué pasa durante ese período? Es lo que veremos, analizando los pasajes relacionados.
Daniel 7:25, Apocalipsis 11:2, Apoc. 11:3, Apoc. 12:6 y 12:14 y Apoc. 13:5

Daniel 7:25 “un tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo”.
Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.
Según el contexto de Daniel 7, el cuerno pequeño, (anticristo), blasfemará contra Dios y perseguirá a judíos y cristianos durante tres años y medio

Apoc.12:6 “mil doscientos sesenta días”. Israel huye al desierto donde es sustentada por tres años y medio.
Apoc.12:14 “un tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo:” El tiempo en que Israel es sustentada en el desierto.
Apoc. 11:2 “cuarenta y dos meses.” El tiempo que los gentiles hollarán la ciudad santa.
Apoc. 13:5 “cuarenta y dos meses” El tiempo en que el anticristo ejercerá su autoridad sobre el mundo.
Apoc. 11:3 “mil doscientos sesenta días.” Dos testigos que predican el evangelio en los primeros tres años y medio de la tribulación

Vers.10 “los entendidos comprenderán”
El entendimiento de la profecía requiere la función docente del Espíritu Santo y el diligente estudio de la Biblia.
Aun cuando las Escrituras describen con gran detalle el tiempo del fin, es obvio que los impíos no harán uso de esta revelación divina, pero esta será una fuente de consuelo y dirección para los que sinceramente creen en Dios.

En resumen los entendidos son los piadosos que estudian la Palabra de Dios y comprenderán acerca de los eventos que ocurrirán en el mundo, relacionados con la Segunda Venida de Cristo.