martes, 11 de septiembre de 2012

El Dilema de la Elección


Posted: 09 Sep 2012 09:21 PM PDT



Durante los últimos meses hemos sido inundados con preguntas acerca de la elección presidencial. Todas ellas han expresado un gran sentido de frustración acerca de la elección a la cual nos enfrentamos. Y eso es comprensible si tenemos en cuenta el hecho de que ninguno de los candidatos principales es cristiano.

Mitt Romney

Mitt Romney ciertamente no es un cristiano. Ha sido espiritualmente engañado a dar su corazón a una falsa religión que se enmascara como cristiana.

Desde su fundación en la década de 1830, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (los mormones) ha tomado la posición de que es la única iglesia verdadera y que todo el resto de la cristiandad, tanto católico como protestante, es apóstata.

Los mormones enseñan y predican a un falso Jesús que no es Dios en la carne. En cambio, es presentado como uno de miles de dioses subordinados que fueron creados por el súper dios de este planeta, quien es un hombre exaltado.

Los mormones niegan así el concepto trinitario de Dios que está revelado en las Escrituras. Rechazan la verdad que Jesús era Dios en la carne y consideran que es Espíritu Santo es una fuerza impersonal.

Los mormones enseñan la salvación por buenas obras, en contradicción directa a la enseñanza de la Biblia que la salvación es por gracia por medio de la fe y no por obras (Efesios 2:8-10). Y los mormones enseñan que sus más fieles seguidores se convertirán ellos mismos en dioses con sus propios planetas para poblar y gobernar. En resumen, los mormones son politeístas.

De esta forma, el mormonismo presenta “otro evangelio” que es ajeno al Evangelio de la Biblia. Y el apóstol Pablo declaró que todos los evangelios no bíblicos son un anatema y que aquellos quienes los proclaman deben “caer bajo maldición” (Gálatas 1:8-9).

Barack Obama

El Presidente Barack Obama tampoco es un cristiano, a pesar de sus pretensiones de serlo. Demostré esto de forma concluyente en la tercera edición de mi libro, ¿América la Hermosa? (2009).

En una entrevista que concedió en el 2004, Obama declaró sin rodeos: “Creo que hay muchos caminos al mismo lugar [el Cielo]”. Por el contrario, Jesús dijo que sólo había uno y que Él lo era (Juan 14:6).

Cuando a Obama se le preguntó: “¿Quién es Jesús para usted?”, él respondió que Jesús era una “figura histórica”, “un puente entre Dios y el Hombre” y un “maestro maravilloso”. No hubo ninguna expresión de Jesús como Dios en la carne, el Salvador que murió por nuestros pecados.

Obama sorprendió a su entrevistador al decir que había una cosa en particular acerca del Cristianismo con la que tenía dificultades para afrontar – ¡y era la tendencia de muchos cristianos a participar en el evangelismo! Dijo que creía que el deseo de hacer proselitismo estaba basado en una creencia de que si “la gente no ha aceptado a Jesucristo como su Salvador personal, van a ir al infierno”. Obama obviamente nunca ha oído hablar de la Gran Comisión de Jesús de predicar el Evangelio a todo el mundo (Marcos 16:15-16).

Debido a comentarios muy poco ortodoxos como éste acerca del Cristianismo y a su obvio entusiasmo por el Islam, muchos han concluido que Obama es un musulmán de closet. Yo no lo creo. Basado en sus declaraciones y políticas, he llegado a la conclusión de que Obama es un clásico Humanista, lo que significa que él es una persona que cree en la bondad esencial del Hombre y en su habilidad para lograr la realización por su cuenta a través del poder de la razón.

Juicios Correctivos

Uno de los puntos principales que hice en mi libro, ¿América la Hermosa?, es que cuando una nación bendecida por Dios le vuelve su espalda a su Benefactor, Dios pondrá juicios correctivos sobre la nación con el fin de llamarla al arrepentimiento. Y uno de esos juicios puede ser el de dar a la nación a la clase de líderes que merece.

Ése fue ciertamente el caso en el 2008 cuando Barack Obama fue elegido presidente.

El continuo juicio de Dios sobre nuestra nación se puede ver en la elección para Presidente que ahora se nos presenta. Por primera vez en la historia de los Estados Unidos, ninguno de los candidatos es un cristiano.

Una Clara Elección

Pero a pesar de ese hecho, nos encontramos ante una verdadera elección. No es una cuestión de Tweedledee and Tweedledum.

Por un lado, tenemos a un candidato que es un mormón no cristiano. Él cree en los valores familiares y morales tradicionales, respeta la herencia de Estados Unidos, apoya a Israel, reconoce al Islam como enemigo de nuestra nación y cree en el Capitalismo.

Por el otro lado, tenemos a un candidato que es un Humanista no cristiano. Él rechaza los valores familiares y morales tradicionales, desprecia la herencia de nuestra nación, desprecia a Israel, ama al Islam y cree en el Socialismo.

La elección no es la ideal. Pero hay una opción clara.

Qué Dios tenga misericordia de nuestra nación

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